“El Ladrón De Zapatos”

“El Ladrón De Zapatos” 

-“El no había robado nada pero cientos de ojos lo miraban, y miles de dedos lo acusaban en aquel estadio”. La prueba del delito estaba contenida por la posesión de Serafín Malk O’mio de unos zapatos de Charol negros que siempre se ponía para ir al pley (play) de pelota de su natal pueblo de Navarrete. Este municipio de Santiago se ha caracterizado por la producción de: arroz, tabaco, café, tomates, cigarros, los dulces más sabrosos que paladar alguno haya probado, pero sobre todo por la vieja práctica, que tanto aficiona y divierte a los dominicanos y lugareños de aquí, no esta vez no hablo de la política, sino del deporte del bate y la pelota. Además de su afición por el béisbol, éste pujante pueblo, de increíbles inventivas, tiene en Tomás Freud (froy), al genial mentalizador y creador de ACUATIAIRE, deporte de agua, tierra y aire, cuyas reglas son mantenidas en el relumbrante computador de su memoria histórica. Que sueña freudianamente con ver un día su deporte combatir en una olimpiada. Este es Navarrete, pueblo luchador, prospero y progresista, cruce de mil fronteras, que ha estado abierto por hecho y por derecho humano y natural a los inmigrantes de todos los confines, continentes y países vecinos, aunque la generosidad de esta tierra con los visitantes, muchas veces ha sido pagada con la ingratitud, la burla, el desprecio y/o el saqueo del subsuelo criollo y la vulneración del patrimonio material y cultural que abrieron sus puertas con dignidad y respeto, a los muchas veces ingratos advenedizos. Si como digo una cosa debo decir la otra, tengo que aclarar que no siempre ha sido de tal manera. Ahí, tenemos multiples casos de personas que han llegado a Navarrete para engrandecerla, como son: Pedro María Espaillat (El Cholo), Mercedes Chávez, Nico Lora y otros tantos. Así es Limbotropía, única, fantástica, con incontables SOPLOS DE DIOS**1, que son cónsules y embajadores de buena voluntad, en los campos elisios de la pitonisa ILuminada Beliar, fraguados en el taller literario del vate criollo, Dionny Cabrera, entre los que se encuentran (Chima, la jaiba Cirica, Tonano, Balum, El Jututo de Papa Juan, Negra la Tuerta, Eusebia La Cotorra, Seleito, Quiriví, Charo, El Moroquito, El pito de la Fábrica, Las arepas de Flora, La Cocaleca de la Japonesa, La Vocina de Barranco, La Voz: Casos y Cosas que Pasan en mi pueblo, Napoles Barranco y Sinita Toribio de Guzman la enfermera eterna de Navarrete).

 Si tenemos estas delicias, por otro lado es, un limbo terráqueo repleto de horrores, monstruos de cien cabezas, pulpos de mil manos, muertos vivientes, desaparecidos, golpeados, mutilados, criminales de cuellos y corbatas, impúdicos y confesos que cuelgan sus cuadros, diplomas y trofeos en las paredes de las injusticias, satélites lunares que repiten lo que oyen y ven, donde asesinos y asesinados conviven, se guerrean como algo normal, donde un día habrá que pagar la cuenta, porque la memoria colectiva que todo registra, esa sí que nunca olvida.

Es en éste infinito disco duro donde ha quedado grabado para siempre el inmenso caudal de hechos históricos que aquí se han sucedido. En tal razón, hoy quiero pinchar el gusanito de la historia y ahondar en la idiosincrasia psicológica del ser navarretense más profundo para que se entienda un poco la conducta de este pueblo, beligerante e incorruptible. Muchos piensan que LIMBOTROPIA es así, porque sí, porque le gusta, pero no. A travez de la historia ha sido una metrópolis maltratada, abusada y olvidada.

Si damos un vistazo a los tiempos remotos encontraremos que Navarrete fue escenario de guerras restauradoras (como la librada entre El general Cibaeño Gaspar Polanco y el general español Buseta), fratricidas (fraguadas entre bolos y rabuses en tiempos de Desiderio Arias), patrióticas (refriegas y pobladas luego de la muerte del tirano Trujillo, por el respeto de la constitución de mil novecientos sesenta y tres), cuya histórica jornada tiene a Bruno Mercado en un sitial de honor como el primer hijo de Navarrete en ser elegido sindico por voto popular y democrático luego de la caída del Tirano, mateniéndose por siete meses en sus gestiones, debiendo dejar el cargo porque fue derrocado el gobierno del PRD y Bosch en mil novecientos sesenta y tres. Hay que recordar la guerra de Abril contra la invasión Norte americana de mil novecientos sesenta y cinco, donde participaron los hermanos Juani, y Elías Bisonó), Emiliano Candelario Polanco (CANDE), Ramón Peña (El Maestro de la Mecánica), y Chuquín Disla que pelearon del lado del pueblo. En la otra cara, del Cefa y el ejercito, que combatía al pueblo y su Coronel Caámaño, se sabe de la participación del piloto hijo de Domitila conocido como Ramoncito.

Navarrete ha tenido héroes anónimos como Plinio Taveras, que junto a un grupo de compañeros fue vilmente apresado durante la tiranía trujillista en la cárcel de “La Cuarenta”, (Fallecido hace poco) ejemplo de entrega de una juventud que fue vanguardia en la difícil lucha, combatiendo con honor y dureza la más cruenta y sanguinaria dictadura, que no fue un chiste ni un juego, porque oponerse a la misma era tener los días contados, ya que sus torturadores no les temblaba el pulso ni el dedo a la hora de apretar el gatillo. Para muestra un botón, justo es recordar a Manuel Mera hijo, mejor conocido como Manuelito, a quien los torturadores llegaron a cercenarle los testículos a sangre fría. Otros de gran valor fueron Rafael Talua Cabrera, Cirilo Morel y Mamerto el Broder.

Junto a ellos había toda una masa humana de juventudes organizadas en el movimiento revolucionario catorce de junio (1J4), muchos de los cuales se salvaron de morir en el desembarco de Manuel Aurelio Tavares Justo (Manolo) en Las Manaclas, debido a que: “el camión que debía llevarlos nunca llegó aquella noche histórica”, que dejó al grupo esperando en un oscuro monte de la comunidad.

 Así, es la historia, así es Navarrete, llena de héroes y villanos. Vamos de un extremo al otro. "El Navarretense es un ser históricamente irrepetible, efusivo, cargado de pasiones, arrojos, primores e impredecibles fascinaciones, capaz de vivir los extremos y marchar a idéntico ritmo, de la cálida rabia por el asesinato de uno de sus muchachos,que de la desbordante alegría de sus carnavalescas patronales, que solo un navarretense es capaz de imaginar, concebir y desentrañar..

Nadie mas. El Navarretense es un individuo sin par, de seductores contrastes. El navarretense tiene sus hechiceros encantos y fastidiosos aburrimientos, también esos estados anímicos nos son transmitidos a los demás contagiando, a los unos mas que a los otros, mientras la minoría, hipócrita esconde su cabeza bajo su plumaje del postizo sufrimiento"(**2).

Muchas veces apacibles y otras tantas efervescentes y bulliciosos. Son alegres, entretenidos, romanticos, fieles a los principios y valores de la identidad dominicana y geográficamente bañados por sus ríos, largas cadenas de montañas, resecos y cuarteados terrenos, tundras y pantanales..

Se amargan fácilmente con una bachata lo mismo que explotan de felicidad en su carnaval de máscaras, personajes y comparsas. Bailan hasta sentados cuando les suenan un merengue de Francisco Antonio Lora Cabrera (Ñico)..

Amantes empedernidos de su territorio. Defensores de sus derechos y cumplidores de sus deberes. Gente humilde, sencilla, honesta, progresistas, y acogedores donde el que llega no se quiere ir, al sentirse de aquí, con el desborde de hospitalidad. Hombres y mujeres de sociedades: religiosas, culturales, teatrales, artísticas, y musicales; Contando con científicos entregados, cantautores transgresores, poetas profundos, periodistas apasionados, profesionales capaces, artesanos dedicados, pintores renombrados, geniales mecánicos e inventores, buenos ingenieros, arquitectos y maestros constructores, y educadores con vocación de servicio. En fin, hombres de altos ideales, sanos principios, altivos y gallardos, positivos, afirmativos, forjadores de conciencias con derroche de por venir..

Soy de los que cree que solo conociendo el perfil psicológico, el entramado genético profundo y recomponiendo la silenciosa y dormida memoria histórica de los navarretenses se podrá entender porqué son como son. De aquí, la vital importancia que representa el poder desvelar la muerta historia de LIMBOTROPIA para llegar a entender qué es lo que arrastra a los Navarretenses a ser y comportarse: unas veces impulsivos, otras veces callados y meditantes, desafiantes, lanzados, revoltosos, intolerantes, batalladores de pecho erguido y recio hablar, llegando incluso a la arrogancia vital y el desenfreno político para resolver sus males. Estos seres tan peculiares lo mismo pueden ser sencillos, humildes, hospitalarios, pensantes, creativos, trabajadores, denodados, solidarios y mil veces victoriosos, pero jamás derrotistas ni fatalistas. Cuando hay que ser buenos, son los mejores, y si malos, el príncipe Maquiavelo a su lado solo es: “UN CAPRINO SACIADO DE ESPONDIAS” (Un chivito harto de Jobos). “Ellos, son los mismos que al peso le llaman tolete y a la política caballá”. Por tal motivo cuando se mira a un Navarretense, se debe ojear por todos los puntos cardinales de su anatomía. Como dice Tomás Froy: “Navarrete es como un sancocho, tiene de todo”, aunque sabe riquísimo, no se debe comer caliente, porque arde y quema como una llamarada. Un navarretense no se debe apagar con un balde de agua fría porque se enciende más. Para entrarle a un Navarretense hay que cargar siempre un acompañante dotado de todas clases de conocimientos, para usarlo en caso de necesidad, porque ellos, saben de todo un poco..

“Las apariencias muchas veces engañan”, dice la voz popular, en tal sentido para juzgar un paisano hay que escudriñar en su genealogía histórica. Si vivimos en un país de políticos, corruptos, y ladrones con sacos y corbatas, que presumen seriedad de señores. No se puede tildar de ladrón de Zapatos, efervescente, quieto, volado, pasional, arrebatado, loco, ni violento a un humilde ciudadano local tan solo: por su apariencia física y vestir sencillo, por su catadura racial, religiosa, por su fuerte, brutal y comprometido punto de vista, hasta por su silencio que se hace indiferencia como para expresar: “EL QUE NADA DEBE NADA TEME”..

Siendo justo, hay que reconocer sus pro hombres en cada momento de la historia, aquellos que van guardando en los anales de las epopeyas nacientes del país, un sitio predominante, ya sea para bien lo mismo que para mal. Sí digo que Navarrete dio a la república La Satrapía Ilustrada, de los doce años de Joaquín Balaguer, que tantas muertes de jóvenes sembró en todo el territorio nacional, lo mismo debo decir que el Señor Balaguer fue tan amado por sus seguidores, que incluso algunos lo veneran hasta más allá de la muerte, por sus construcciones (de casas, apartamentos, puentes, carreteras y monumentos históricos), embellecimientos de las ciudades, y carisma para saber y dominar el ser profundo del dominicano, como buen discípulo de Trujillo, siendo también maestro de los emergentes liderazgos de los partidos tradicionales, e iniciador del clientelismo político, La mañosería electoral y el asistencialismo (la cultura de lo dado), llevado a efecto mediante la llamada cruzada del Amor. Este es un pueblo tan gallardo, que a pesar de la manipulación electoral y el fraude, fueron contadas las oportunidades donde el patriarca local Doctor Joaquín Balaguer resultó vencedor. Muy popular se hizo en aquellos años el slogan que juraba: “BALAGUER YA PERDIO EN EL PUEBLO EN QUE NACIO”. Es un pasaje traumático de la historia difícil de ocultar y de olvidar..

Bueno, para qué les aturdo y distraigo tanto con mis disquisiciones. Solo quiero refrescarles la memoria y pinchar el gusanito de la historia, y ahondar en los componentes históricos y psicológicos del ser Navarretense..

Como dijo Juan Pablo Duarte: “Sed Justos, lo primero si queréis ser felices”. La historia hay que encararla científicamente. Como ciencia, la misma debe ser instrumento de la verdad, donde los hechos y situaciones soporten la prueba de la investigación profunda y demostrable, y su credibilidad hable por sí sola, aunque el historiador recurra al silencio perverso de las hojas en blanco, porque le conviene mejor un pueblo ignorante, y no gentes sabias y concientes..

Estos trazos para recomponer la historia son tan solo un inicio en busca de darle una patadita en el trasero a los tímidos e indecisos para ver: “¿Quién se atreve en mi pueblo a llenar TANTAS PAGINAS EN BLANCO?”, que esperan por aquellos que van a entrar a la gloria, desafiando a los historiadores trasnochados, que han abarrotado la historia de distorsiones y confusiones sin ninguna base demostrativa. Ellos, los que se atrevan, serán los encargados de conjurar la ignorancia de siglos, prendiendo la tan necesaria luz de: “la verdad de la verdad” para alumbrar este inigualable terruño que tanto lo necesita. Uno de estos “líos y enredos mal contados” se trata de la historia que les refiero a continuación, con el objetivo de aclarar y recomponer el buen nombre de SERAFIN MARK O'MIO, mejor conocido como: “EL LADRON DE ZAPATOS”. Aquí les traduzco la carta que recibí de, Sinfín Mark O’mio, padre de este muchacho. Dice así: Estimado señor, editor de Limbotropía. Quiero pedirle que incluya en su libro, la triste historia de mi hijo. Siempre ha sido un joven humilde, trabajador, familiar y de su casa. El se dedica a vender flores y velones en el cementerio de la comunidad. Nunca se ha casado, pero es un joven tranquilo. Desde niño ha sido un empedernido aficionado de la pelota. El es un adulto, pero yo le peleo porque de cuando en vez, en lugar de ir a vender las flores se va al juego. Es incorregible. El pobre, estudiando de noche en el viejo liceo nocturno “Eduardo Cabrera” solo llegó a tercero del bachillerato..

Yo le digo que termine su educación para que vaya a la universidad pero él no me hace caso. Antes de venir a Navarrete, a este le gustaba tanto el juego que paraba nada más jugando en esos equipos comunitarios que nunca salen a ningún sitio. Imagínese que su sueño era que lo firmaran para irse a jugar a las grandes ligas. Algo tan sumamente difícil. Yo lo animaba, pero un día él se rompió el pie derecho al deslizarse en la tercera base durante un partido contra los Gavilanes de PONTON y ahí murió todo. Nos mudamos a Navarrete y este se dedicó a vender flores y velones para los muertos. No sé cómo anda entre ellos, porque les tiene un miedo terrible a los los fantasmas, galipotes y aparecidos. Siempre que pasamos por El Alto árbol de Anacahuita en la niega, donde sale “EL AHORCADO FANTASMA DE DON BOTELO”, se les engrifan los pelos. Eso sí, cuando se trata de su pasión por la pelota, no hay quien le gane. Es el fanático número uno y nunca se pierde un partido. Como todo un comparón, se engalana para ir a ver su equipo preferido “El Súper Selecto Bisonó”. .

Gracias a su honrado trabajo compró un mal día unos dichosos zapatos de charol negro, a una vendedora ambulante de nombre Micaela Chávez Razzur-Akatto, por la suma de treinta ($30:00) pesos. Ella era la esposa de Ismael Razzur-Akatto. Este mercader descendiente de unas tribus bíblicas, era nacido y criado en este pueblo perdido en el mapa, pero sus parientes ancestrales (tatarabuelos) eran una liga de Turcos y criollos. Nadie se explica aquí, el porqué de su apellido, tal vez porque ejercía su oficio de tendero como todo un mente cato dueño de toda la avaricia que reúne el mundo..

Le cuento que a veces, la situación no iba muy bien, por eso la señora Micaela se veía en la necesidad de vender a escondidas del marido ciertas mercancías que sacaba de la tienda para con la ventas de esos productos mantener una reserva financiera que la ayudara a comprar lo necesario para vestir a sus trece hijos, comer y hasta alimentar su inofensivo vicio de la caraquita, la lotería y el raspadito. Cuando al esposo le iba muy bien en sus negocios ella también obtenía jugosas ganancias. Estos jueguitos secretos y pormenores dieron al traste con el matrimonio de Micaela e Ismael . Cierto día el propio señor descubrió a su mujer mientras vendía a otros tenderos menores de la comunidad unos cortes de telas preciosas que él había mandado a traer desde Turquía, para los trajes y demás parafernalia de la boda de la hija de Mahoma Nazzar. Por su gran corazón de esposo, fue que él la perdonó..

Durante treinta años esta familia se había mantenido unida, pero la confianza de la pareja se resquebrajó cuando Doña Micaela descubrió a su marido seduciendo a la hija de la sirvienta, conocida como María Tomaza Rico . El, ahora le pidió, a ella que lo perdonara “como la necesidad tiene cara de hereje” ella lo perdonó. Además, ¿cómo iba ella a perder a su marido?, ¿el negocio?, donde sobre todo estaba en juego el pan diario de sus trece hijos. La vida seguía de maravilla hasta que el mercader, un fatídico día asistió a una inauguración de la temporada de pelota como padrino de uno de los equipos deportivos del baseball local, acompañado por sus trece vástagos..

Micaela se sintió enferma y no asistió. Ella decía: -“No me gusta este juego tan peligroso. Yo prefiero las quinielas y la lotería”. Ella tenía sus razones, ya que una mala experiencia en el play le impedían que se motivara a ir de nuevo a un estadio. Cuando apenas contaba con trece años su padre la llevó a ver un partido entre los equipos: “Súper Selecto Bisonó” de Navarrete y “La Aurora”, de Tamboril, Santiago. Ella se encontraba sentada en el parco de primera base junto a su padre. Se oyó la voz del narrador Papi Pimentel diciendo: –“Séptima entrada, bateando el súper selecto Bisonó. ¡En la caja de Bateo, el cuarto Bate Virgilio Veras, alias el mete víveres…! ¡Coje las señas del maniyer (Manager), sustituto, el pequeño gigante, Mamerto Pimentel!, ¡se prepara el piche (pitcher)!, ¡Esperando Turno, Rafael Vázquez (El Guardia)! ¡Viene el lanzamiento! ¡Fao! (Fault) ¡El viejo cuadre, recoje bate oficial del equipo va detrás de la bola! ¡Se prepara de nuevo el lanzador! ¡Ahí, va una línea por la tercera base!, ¡INCREIBLE! ¡QUE MAGNIFICA ATRAPADA!, ¡El tercera base, Nelson Llenas, ¡se lanzó de cabeza!, ¡tira la bola a la primera base!, pero su disparo va totalmente desentonado y fuera de control. Le fue imposible al jugador de primera, poder atrapar el esférico que sin desviarse un segundo choca como un huracán en el tierno vientre de una niña, ¡Hay un molote terrible! Allí, en el parco de la primera base. Mientras vuelve el partido nos vamos a unos consejos comerciales”. Les cuento que el equipo local ese día contó con una buena labor monticular de Rafael Almonte (Marrulla), quien ponchó a trece bateadores de la Aurora, ganando el juego siete a cero a favor de los criollos, que terminaron satisfactoriamente la jornada bajo la dirección de su manager estelar, Cirilo Bisonó, muy a pesar del la golpeadura de la niña en primera base. En estos casos a la persona le untaban o le hacían tomar un medicamento llamado: “BOLA DE GOLPE” Después de esto, la pobre Micaela nunca fue ni se interesó más por ese juego que casi la mata. Volviendo, a la inauguración. Mi hijo Serafín, como les comenté, era un empedernido fanático, del Súper Selecto Bisonó, como siempre se tiró su mejor remua y estaba allí parado al lado de la familia Razzur-Akatto Chávez, mientras el padre Don Ismael, con pose de presidente, y rodeado de funcionarios de los equipos chocaba la bola en el guante, dispuesto a realizar su lanzamiento inaugural. Antes de lanzar miró al área de la primera base donde se encontraba su prolífica familia, saludó a sus hijos con su mano derecha. Los zapatos de charol de mi hijo Serafín rechinaban del brillo con el cálido sol. Don Ismael se puso como loco, se enfureció y en vez de lanzar la bola al queche (catcher) la dirigió al parco de primera base, justo a la zona donde se encontraba Serafín. Este se tiró se cabeza en las tablas y la rugiente bola pasó zumbando sin encontrar donde chocar. Algunos testigos me aseguraron que la pelota fue encontrada del otro lado de la muralla de la factoría Bisonó..

Cuando los directivos de los equipos indagaron sobre el anormal comportamiento de Don Ismael, este les explicó. –“Unos zapatos de Charol Negro me dejaron ciego con su brillo y el sol. Me enloquecieron”. Con dolor en su alma, asustado por lo sucedido, Serafín se retiró del juego. Mientras Ismael lanzó sin más inconvenientes su disparo antes los aplausos de los asistentes. Ya camino de su casa , el tendero se preguntaba: -“¿Por más que intento, no logro recordar el día que yo le vendí esos Zapatos de Charol Negro a Serafín”. El viejo estaba coloradito, silencioso, los hijos lo felicitaban, pero el no paraba de pensar en esos zapatos..

–“Yo sé, que ese desgraciado me robó esos calzados, pero no tengo pruebas” –se decía- para sí el señor. Luego de este día jamás asistió Los Domingos a ver un juego. El mandaba a los hijos con su hermano. Aunque Serafín encontraba rara la actitud de Ismael, pensaba que todo era producto de que el brillo de sus adorables Zapatos le nublaron los ojos y la mente al Tendero. Tanto Serafín como Ismael, continuaban sus vidas sin enterarse de las secretas artes de Micaela. Hasta que cierto día “Mi prenda Linda” se encontraba preparando unos velones y unas flores para ir a trabajar a la puerta del cementerio cuando llegó a mi casa Don Ismael, para hablar conmigo. Yo, tenía tiempo disgustado con él, debido a lo que le hizo a mi hijo, por eso, de una vez le contesté su pregunta: -“Mire señor, quién le vendió esos zapatos a mi hijo Serafín, fue su propia esposa Doña Micaela” –le dije- -“Yo mismo se los compré, a ella por unos treinta pesos, para regalárselo a Serafín con motivo de su cumple años. Muy decepcionado y con la cabeza baja el mercader retornó a su casa. Luego supe por el barbero del barrio que ese mismo día, Ismael Razzur-Akatto, desapareció sin dejar rastros. Su mujer y sus hijos lo buscaron en hospitales, organizaron brigadas, pegaron su foto en los postes, pero nada. La policía tiene la hipótesis de que él volvió a Turquía. Nunca más se supo de él. Su cuerpo no apareció ni vivo ni muerto. Los hijos creen que su barco quizás se perdió o zozobró en el mar. Hay quienes creen que se fue a vivir a limbotropía, pero yo tengo mis serias dudas, porque dicen que allí solo entran los escogidos. Micaela ahora es la dueña de la tienda y heredó toda la fortuna del viejo. Yo sé que no tuve nada que ver con la compra de esos zapatos, pero tenía que proteger y defender a mi hijo. Un padre no puede apoyar la sin verguenzura de su hijo, pero su deber es estar con él, en lo bueno y en lo malo. Lo mismo en la felicidad, que en el dolor, y hasta en la cárcel si fuera necesario. En sus luchas, deseos, problemas y aspiraciones. Por eso yo lo protegí porque más que nadie sabía que mi Serafín, era inocente, porque siempre fue un muchacho bueno, trabajador y honrado..

Veinte largos años pasaron. Serafín en todo este tiempo jamás volvió al estadio a ver partido alguno. Seguía el juego por la radio, desde su negocio que prosperó tanto que logró poner su propia floristería y venta de velones. Justo al cumplir los veinte años de no haber vuelto al play regresó allí, a ver el lugar. La Plaza estaba tan diferente que ya nada era igual -no eran los mismos equipos, ni los jugadores- que tanto lo emocionaban. Muy compungido llegó a la casa y me preguntó: ¿Padre, Usted sabe la causa de la desaparición del tendero Ismael Razzur-Akatto?. –“Bueno, hijo” –le dije- yo. –“Un día, él vino y me preguntó que cómo tú conseguiste aquellos zapatos de Charol negro que lucias en el juego de la inauguración de la temporada? y no me quedó más que decírselo. –“Don Ismael, fue su esposa, Doña Micaela, quien le vendió a mi hijo esos zapatos”, -le comenté- porque tenía que quitarle esa psicosis que traía taponada en su cabeza y que por poco te cuesta la vida, en aquel partido. –“¿ Y qué sucedió luego?- volvió- y me cuestionó Serafín. –“Cuando le dije eso, Ismael, quería como llorar, se llenó de vergüenza y al despedirse me dijo: -“ Don Sinfín, guárdeme ese secreto por favor” y se marchó para nunca más. Solo él y yo conocíamos este secreto, que ahora te cuento y que guardé en lo más profundo de mi alma por casi veinte años. –“Como él me lo pidió a mi, te lo pido yo a ti: ¡Guárdame ese secreto! Tan bien me lo guardó, que se lo llevó a http://www.navarretense.com/espejo%20fantastico.jpgla tumba..

Un día, lo encontraron tieso en el piso, frente a un espejo de su negocio. El niño que me vino a buscar, me contó que el nada más decía: -“Señor, señor, no me haga daño…Señor. Le juro… que yo los compré. Si Usted los quiere… yo se los regalo, pero le juro que… yo no robé sus zapatos”. Ciertamente, él no había robado nada pero cientos de ojos lo miraban, en aquel estadio y miles de dedos lo acusaban”. La prueba del delito estaba contenida por la posesión de Serafín Malk O’mio de unos zapatos de Charol negro que este se ponía para ir al play, pero que un día desaparecieron justo en el momento de su muerte, hecho ocurrido en su natal pueblo de Navarrete. Así es LIMBOTROPIA, tierra de desaparecidos, muertos vivos y vivos que están muertos, fantasmas que deambulan en el aire, héroes silenciosos y silenciados, lideres inocentes condenados en vida, olvidados del poder, la avaricia, el crimen sin castigo, la censura soterrada, desde el vértigo marginal de cientos de historias mal contadas, como esta de: “EL LADRON DE ZAPATOS” inspirada en el merengue que dice: “Un papelito recibí… que en su comienzo dice así: Los zapatitos de charol, eso fue lo que quedó” (*3)
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