Esta historia, me llegó de la viva
memoria del desaparecido poeta Raúl Guerra, quien en su juventud conoció al maestro Tomás Marte: Escuchemos su relato
que dice así:
-“¿Quién es este
Tomás Marte? ¿Quién es este mandarín amurallado gran dragón de las artes
marciales de mi pobre y triste Aldea?”
-“Seguro
dirán que viene de Limbotropía? ¿Y querrán que yo les crea? Pues no. Llegó por
la pantalla del cine Delia de Manolín. ¿Yo mismo fui preguntando por todos los
rincones y barrios de la comunidad, pero nadie sabía, quien era o quien fue
este tal Tomás Marte? A él nadie lo conocía. -Dicen que es un invento más de
los míos, una fábula inexistente, sin pie ni cabeza. Que es el mismo Tomás Froy
disfrazado, o cualquier otra historia fantástica de esas que solo existen en
mis cuentos.
No
encontré en ningún recoveco un alma que supiera darme noticias de Tomás Marte, maestro del templo
Politécnico femenino del Shaolin de Santiago, paladín con quimono, gran dragón
del Kung Fu, karate internacional, cinturón Negro de Goyo Ryu, culebra blanca…
de mil batallas innombrables, como salido de una cinta cinematográfica de los
desconocidos Lee Jun Fan, Lee Shiu
Loong, Lee Yeun Kam o Bruce Lee*2. A este Bruce Lee sí que lo
conocía mucha gente”.
-“Tomás Marte, fue el primer y mejor Karateca criollo que trajo y diseminó la
legendaria disciplina China por toda la aldea. El Sumo Maestro, libra por libra
de todos los tiempos, que nunca jamás fue vencido por ningún contrario en
combate”.
-“Ya
sé, van ustedes a pensar que estoy
delirando de tan loco, dirán: “Ese tipo está Ckacquiáo”*3, pero no. No estoy
loco, aunque hay gente que cree que si,
que estoy loco por decir estas
barbaridades. Para satisfacer a capciosos, incautos y curiosos, les contaré que
hace rato, pero muchísimo rato, cuando era un niño de unos diez años me entró
una fiebre loca, delirante por las películas de Karate. En repetidas ocasiones fui espectador de
incontables largo metrajes de Bruce Lee como “El gran Jefe” y “Operación Dragón”. Igual observé otras no
tan famosas pero similares de emocionantes
y espectaculares como el peleador ciego y el maestro borrachón”.
-“Algunas
personas argumentaron que estaba poseído de una increíble e inexplicable fiebre
amarilla mortal que me sobre dominaba por esos años, otros en cambio decían que
todo era fruto de tanto ver las maravillosas películas chinas. Era tal la
fiebre que tenía por el Karate, que hasta me marché incognito de mis padres a una escuela de
Karate, ubicada en los almacenes de los hermanos Firo, Potolo y Venceslao Núñez en la calle
Santiago.
-“Cuando
mi padre se enteró, tomó su potente motor y se fue a impedir que
continuara por este derrotero. Él quería
que fuera pelotero, dicen que era un
buen piche. Mi progenitor se oponía a que practicara artes marciales y la
poesía, consideraba todo esto propio de
gente sin oficio.
El propio Tomás Marte me contó que
estando presente por esos días en una
competencia de karate vio morir a un peleador, en un remoto punto del país y a
Ramón Núñez (Potolo) le rompieron un pie
detrás de la cancha del comedor, durante una sección de práctica”. Esto le
llenó la copa a mi padre y se fue a buscarme
al instituto de Karate donde le habían dicho que yo me encontraba”
-“Como los
muchachos de la escuela tenían vigilantes en todas las esquinas, de inmediato
informaron que un motor parecido al de mi padre se acercaba peligrosamente al
depósito tabaquero convertido en templo Shaolin Criollo. Entró, buscó por todos
lados y no encontró nada. Miró la cara de algunos de mis amigos pero se marchó
por donde vino. Por mi parte, cuando este llegó, ya yo estaba sentado en mi casa sin camisa,
haciendo las tareas de la escuela y escribiendo unos poemas. Inexplicablemente tomé
un atajo por la niega y en una imponente carrera de entrenado Karateca, llegué
a la casa a pie primero que él en motor.
Por aquellas edades donde era un niño de unos diez años, la culpa se debió a que me entró aquella fiebre loca
por las películas de Karate. Pese a esos inconvenientes fue un período
maravilloso. Sin otra cosa que hacer me dediqué más al Baloncesto y por
supuesto a la poesía.
-“Creo que
para toda la juventud fue algo similar, porque no paraba de hablar del
Dragón Bruce Lee, lo que me ocasionó muchos problemas, especialmente que me tildaran de loco. Es que
a todo el mundo le hablaba que Bruce Lee pa’qui que Bruce Lee pa’lla. Igual que
yo, muchos jóvenes deliraban por aprender la técnica, pero hacía falta un
maestro como él”.
Tomás Marte me dijo: “Bruce Lee significo un Gran
Impulso en mi vida, para mantenerme en forma, practicando y siempre querer ser mejor. Lo admiré
por su agilidad, era un hombre lánguido, flaco, una caja de musculatura.
Una
anécdota que tengo de él, es que
un día llegó al Politécnico Femenino del Shaolin en
Santiago y no
entró por la puerta sino que saltó la verja ciclónica que tiene como siete
pies. Era adorable. Admirable.
Reverencia fue lo que le hicimos. Fue algo increíble que nos dejó
anonadados, yo nunca lo olvidé”.
También me refirió,
que: “por este tiempo, las iglesias Vivian llenas de gente orando para que el
señor le mandara un maestro de Karate como Bruce Lee. Como agradecimiento prometían nombrar dichas
escuelas con el nombre de “El Gran Dragón”.
-“Por mi parte tanto
lo soñé durante la fiebre, que por arte de magia y sopetón, EL INCREIBLE
BRUCE LEE salió del cine Delia de Manolin y llegó igualmente a Navarrete, a sus calles para cumplir el deseo de todos y regentear las
escuelas. Hay quienes aseguran que ese día se presentaba un largo metraje donde Bruce Lee estaba filmando una película
dentro de la película. Como decían que él vivía en Limbotropía, esta noche al terminar el film, se retiró a
dormir a su casa en las montañas de la
sacerdotisa Iluminada Beliar”.
-“Nadie
me lo creía, pero cuando empezaron a proliferar en mi pobre aldea “Las Escuelas
de Karate El gran Dragón”, todos se dieron cuenta que Bruce Lee estaba
entre nosotros, vivo, de carne y hueso.
-“A este mandarín amurallado, gran dragón de las artes marciales
criollas, invencible peleador de mil batallas, salido de la pantalla del cine Delia
de Manolín, muy a menudo se le veía andar en una bicicleta con su quimono, un
par de nunchaku (bastones cortos) de pelea, cuando no con su peculiar estilo de
caminar, como quien pisa gravilla caliente y se balancea de hombros de un lado
a otro con su mirada incógnita e
inconfundible como quien mira sin ver”.
-“Se hizo tan normal verlo por
calles y callejones de la aldea, que se convirtió en uno más de los nuestros.
Hoy a muchos años de aquellos acontecimientos, hay quienes aseguran
contrariamente sin reparo que Bruce Lee nació aquí, en Limbotropía, y no en
San Francisco, California como se tiene por sentado”.
-“Lo hicimos tan nuestro que hasta
empezamos a llamarlo *El Bruce Lee de Navarrete* por su ir y venir constante de
visitar sus escuelas diseminadas por Altamira, Esperanza y por toda la geografía de Navarrete. Como
aquella ubicada en los almacenes de “Jesús de León” en la calle Eudosia Polanco y la otra que
funcionaba en los almacenes de Tabaco de los hermanos Firo, Potolo y Venceslao Núñez, en la calle
Santiago. Se sabe que la última de dichas escuelas funcionó en la cancha del
comedor económico, antiguo Bar Vesubio”.
-“Es que *El Bruce Lee de Navarrete* siempre fue una persona amable,
sencilla, humilde, servicial, alegre y hospitalaria con todo el mundo. Yo mismo
fui testigo de que aceptaba en sus escuelas a niños, jóvenes y adultos sin
ningún interés pecuniario, solo bastaba tener actitud de querer aprender la difícil
disciplina del rudo deporte, con esto ya él estaba servido”.
-“Destacados peleadores salieron de sus escuelas, como fueron Jorge Castaño, Sono (el hijo de Catulo), Roberto
López y Oscar Núñez entre otros, quienes luego siguieron sus
pasos convirtiéndose en maestros de futuras generaciones”.
-“Que grato sería volver a ver el Maestro, gran dragón Criollo, Tomás
Marte, *El Bruce Lee de Navarrete*, de nuevo enseñando o peleando en el ring,
como sólo él solía hacerlo. Un verdadero maestro, digno alumno de los maestros: Yameyoshi Sakamoto, padre del Goyo Ryu en el país
Y del maestro Karateca y cantautor Ramón Leonardo. Tomás Marte además conoció a Jhoon Rhee, el inventor del Tae Kwon Do y al
inmenso Bruce Lee, su ídolo más grande”.
-“Una
fulgurante y eterna estrella se puede empañar con la neblina del tiempo, pero
siempre resplandece cuando la noche es más oscura sobre las consciencias de los
pueblos. Él siempre fue un ser humano cabal
con un odio profundo a las injusticias.
Recuerdo aquello que me contó “Un
día que le estaba dando un señor a un
muchacho inválido. Era un hombre también, pero no se podía defender, porque no
podía ni caminar, sino que se arrastraba. Yo le pregunte al señor ¿Por qué no
le das a un hombre? Y me dijo: ¿Ah pues, hasta usted también quiere? Al primer
golpe el cuchillo voló. Al segundo le di respectivas galletas con los pies en la cara,
y todo el mundo se quedó con la boca abierta.
Le dije si quería más y salió corriendo
que no se le vio ni la placa. Esto pasó
en Navarrete. Por mi parte volví a ver este gallito quiquiriquí, pero después
se hizo muy amigo mío y me buscaba, por donde quiera para decirme: ¿por qué te pusiste así, como
un león?”
-Hoy que se pinta un turbulento panorama para
la juventud dominicana. Tomás Marte,
gran altruista, me dijo sobre la
juventud de aquellos tiempos: “Después que salían de estudiar o trabajar se
iban a los cabareses, resultando enfermos de venéreas por lo general. Una vez
llegué yo y establecí el Karate, sin ánimo de lucro, claro que con un poquito
de idea y al salir cansados después del Karate se iban a bañar y a dormir, eso
los ayudaba a mantenerse con un cuerpo y
una mente sana”. Como queriendo apuntar las carencias de nuestra era actual.
-“¡Gloria Eterna! ¡Recordado Maestro! ¡Aquí, en Limbotropía se le quiere
y recuerda como un gran paladín del deporte! ¿Qué
Quién es este Tomás Marte? ¿Que Quién es este mandarín amurallado, gran dragón
de las artes marciales criollas, que tanto se recuerda por estos días en mi
triste y pobre Aldea? Como campesino que
siembra un pequeño arbolito. El sembró El Karate entre la juventud y
permanecerá por siempre en la memoria colectiva como un héroe anónimo de
nuestra pobre y triste aldea
Limbo-trópica. Simple y Sencillamente
Tomás Marte, fue y siempre seguirá siendo *El Bruce Lee de Navarrete*.
.-1* Tomás Marte: Gran Karateca oriundo de Navarrete, que trajo y difundió la
práctica de Karate por toda nuestra aldea, en los años setentas.
.-2*Lee Jan Fan, Lee Shiao Loong o Lee Yeun Kam, mejor conocido como
Bruce Lee: Actor y director de películas de Karate Chino de fama
mundial, que murió en forma muy confusa, supuestamente de una
alergia, provocada por un analgésico para el dolor de cabeza, luego de un
descanso, durante el rodaje de su última
película, “Juego Con La Muerte”,
la que dejó inconclusa.
Jhoon Rhee and
Bruce Lee
-3*“Ese Tipo esta Cracquiáo” frase famosa de un comercial en los estados Unidos. Que está alucinando,
enloquecido y victima del Crack.
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