Los Dos Compadres y La Guerra de los Jachos


Según cuenta el libro inédito e invisible de la historia de mi pueblo, preparado por los noveles historiadores: CHUCHO BISONO POLANCO, RAFAEL GARCÍA (MORENO) y PABLO DISLA el general Español BUSETA, se escondió debajo de una batea en Pozo Colorado, Navarrete, para poder salvar su vida, de las tropas restauradoras, dirigidas por Gaspar Polanco, que lo buscaban para matarlo, luego de haber perdido la madre de las batallas en la Rotonda de aquí. Este es un acontecimiento muy difuso y de pocas pruebas reales. Otro acontecimiento difuso es la división de Navarrete y Esperanza, ya cronistas orales del municipio, de cuando Cuca bailaba lo han catalogado como “La Guerra de Los Jachos”.
 
No menos confuso es el origen de LIMBOTROPIA. Los nombres llueven para denominar a este pedazo de tierra. Primero se le llamo Mejia, luego, Mejia de Navarrete, mas tarde, se le nombro, Bisonó, osea Villa Bisono, al final adquirio la categoría de Municipio De Villa Bisono “Navarrete”. Según unas fuentes del archivo general de la Nación, que pidieron no ser identificadas existe un documento de los años mil setecientos (1700) y pico nombrando a estas tierras Mejia de Navarrete. Existen en LIMBOTROPIA sectores que piden la oficialización del ayuntamiento y del congreso del nombre de NAVARRETE, mientras que otros más conservadores y pudientes consideran que debe permanecer como Municipio de Villa Bisonó. 

Esta es una vieja guerra que ha llegado a los nuevos tiempos. Quizás se requiera de algún referéndum para que los moradores de LIMBOTROPIA voten, ¡SI! O ¡NO! En cada caso. Perdonen que diga esto, creo que no debí decirlo, por lo menos no en este libro. Estas confusiones parecen ser interesantes, pero quizás mucho más importante es que les hable de la novela “El Amanecer y la Gloria” donde se cuentan las aventuras del cacareado y desaparecido poeta Raúl Guerra, así como sus santos y pecadillos. Hay quienes consideran que los hechos y sucesos históricos y artísticos , solo son reales y creíbles cuando los cuenta una tercera persona. Según los entendidos lingüistas, puede que esto sea cierto, mas a mi me parece que una tercera persona está llamada a cometer errores, omisiones, poner cosas que no son, en fin falsear la historia a su conveniencia con fines impuros. 

Ejemplos hay de sobra, de libros que relatan acontecimientos mal contados y tergiversados por terceros. Ya les mencione lo referente al nombre de Navarrete, pero si no me creen, vean bien la vida y muerte de Moreno Blanco. Esta llena de errores, mentiras, incongruencias y falsedades Esta historia que les cuento a continuación me la hizo llegar el encancara nublado escritor Raul Guerra. Aquí les transcribo la carta de su puno y letra para aclarar malos entendidos. Dice así: -“ Es cierto, todo no se puede decir en un solo libro. 

       Yo también prometo dar mas detalles sobre mi vida en la literatura, no será en un futuro lejano, para satisfacer curiosidades lo voy a hacer en este libro que gracias al autor puedo mostrar a mis estimados lectores interesados como bien decía el en mis santos y pecadillos. Lo primero que quisiera corregirle al prominente corrector y editor de mi obra, es que Usted se equivoco cuando dice: -“Igual suerte corrió su novela -El Amanecer y la Gloria-“ –“Tengo a bien informarle, que este es un error suyo. Esta Novela tenia el titulo original, “El Pescador y la Gloria”. Al ser introducida en el infinito y lejano fondo oscuro de un sanitario de barrio, se pinto como por arte de magia en un cuadro y al ser traducida de nuevo en un papel, adquirió el nombre de –A Donde Viven Los Muertos- como muy bien Usted ya dijo en un capítulo anterior. Dicho libro paso mucho tiempo en las manos de un tal Aquiles Ruiz, un pescador de mi pueblo cuyo destino nadie pudo conocer. 

Hay quienes dan fe y testimonio de que este se fue a vivir a Limbotropia junto con Eduardo Cabrera, Enrique Blanco y la Sacerdotisa ILuminada Beliar. Otros más sagaces, pero con menos documentos que los avalen dicen que le toco igual suerte que al periodista Narciso González y al escritor y cantante de Villa González, Chico González, que desaparecieron sin dejar huellas ni rastros. A mi me esta que también ellos, quizás se marcharon a LIMBOTROPIA. Nunca nadie ha sabido de ellos, desde que desaparecieron. Siempre se ha dicho que no se puede entrar ni salir de los territorios de la Maga, Beliar, pero a mi me esta que posiblemente ellos encontraron la entrada y les gusto vivir allí y se quedaron.

Hoy, no solo le escribo para reprocharle el cambio de titulo de mi obra, sino, para ponerme de acuerdo con Usted, en el sentido de que hay historias mal contadas. El asunto esta claro, es como en las encuestas, que siempre va ganando el que la paga. De igual manera los historiadores la mayor parte del tiempo dicen lo que va a favor del que paga por la historia. Los errores son de humanos, solo los muertos no cometen errores, dice la voz popular. Paro aquí estas divagaciones para contarles la historia de los dos compadres. –“Hace ya tiempo cuando empezó a formarse nuestro país llego de España una familia, que vino al nuevo mundo en busca de aventura, riquezas y una estabilidad familiar. Estos eran del noble apellido “Esperanza Mejia De Navarrete”.

Desde los tiempos del descubrimiento hasta principios de mil setecientos convivieron felices en los territorios del gran valle que va desde Santiago hasta Mao, Valverde. Hubo tiempos de prosperidad, de crisis, poblaciones y despoblaciones, de guerras intestinas y fratricidas que condujeron a la perdida de la paz. Todo el territorio que entonces era uno solo fue dividido en dos ubicando a Esperanza como municipio de la provincia Valverde y a Mejia de Navarrete, se le entrego a la provincia de Santiago. 

       Antes familias de Esperanza se apareaban con pobladores de Mejia de Navarrete sin ningún inconveniente. La discordia empezó cuando un rico joven de Esperanza desposo a una pobre moza de Navarrete. Al contraer sus nupcias matrimoniales se sabe que todos los anales, cartapacios, memorias, actas de nacimientos y otros papeles se encontraban en la parte Norte, es decir en lo que hoy es Navarrete. Para este tiempo Mejia de Navarrete era la parte mas prospera del valle. Por aquí pasaba todo el comercio venido del mar de Puerto Plata hacia Santiago y la Línea Noroeste. Era esta una progresista región llena de pobladores de otros países como Puerto Rico, Cuba, España Turkia y del mundo Arabe. Luego, al producirse la división y ubicar a Esperanza en la provincia Valverde, Empezó la época de florecimiento de Esperanza y la crisis de Mejia de Navarrete. 

Las oficinas municipales fueron trasladadas a la comunidad de Esperanza. Los padres del rico Esperanceño no vieron con buenos ojos la boda de su hijo con una pobre mujer de Mejia De Navarrete. Ellos hicieron todo lo posible y hasta lo imposible para devolver a su casa la joven doncella. –“Losa, able pue’rlta soi yo tu malio” –decía la voz-, de alguien que llamaba a la puerta. –“Mentiroso, mi marido anda pa’l pueblo, y no viene hasta tarde” –replicaba la joven- al intruso. Este salto por la ventana y al verlo con el pecho desnudo Rosa salio corriendo, en el justo momento en que se aparecieron los suegros y su marido que llegaba borracho como un perro de la parranda. ¿-“ ¿Y TU? NO DIZQUE andabas trabajando? –le dijo ella- y el respondió: ¿Cuándo tu haz visto que los ricos trabajan?, ahora dime :¿Y TU QUE HACES CON ESTE HAITIANO metido en mi cuarto?- rosa, se quedo sin palabras. Esa misma noche, ella, fue devuelta a casa de sus padres provocando una cruenta lucha fratricida entre las dos familias. 

Hechos y acontecimientos insólitos fueron sucediéndose en los dos pueblos hermanos, que se acusaban mutuamente por la autoría de uno u otro suceso. Tal es el caso del incendio de las oficinas de los registros civiles que estaba ubicada desde hace un tiempo en Esperanza. Según yo supe, en estos archivos estaban guardadas las memorias históricas de estos dos pueblos, que antes eran uno solo. Los padres de la Muchacha pobre se quedaron inconformes, pues directamente acusaron a los padres de Don Andrés, el rico joven, de introducir a un Haitiano en la habitación de su hija, cuando su marido no estaba para acusarla falsamente de adulterio a pocos días de la boda. Luego del incendio de las oficinas de Esperanza, cada pueblo paso a tener sus propias oficinas. No es raro que muchas de las personas de Navarrete, aun se encuentran registradas en Esperanza y Mao, Valverde. Muy a pesar de este incendio, la historia no pudo ser borrada. La mayoría de los pueblos conservan todas sus tradiciones de la herencia cultural en forma oral. Los viejos sabios recitaban en forma oral a los hijos y estos a los nietos los increíbles acontecimientos que los libros no pudieron mantener. La memoria de un pueblo, esa si que jamás puede ser incinerada ni borrada.

Un sobre viviente me contó en forma oral y de viva voz la historia de los dos compadres que aquí les cuento. Agapito de La Esperanza y José Mejia De Navarrete, como ya les dije que me contaron, eran compadres que pertenecían a un mismo tronco familiar. El primero se volvió rico muy rico porque su negocio prospero y el otro se volvió pobre muy pobre porque sus negocios se fueron a la quiebra. Como Agapito de La Esperanza estaba en desacuerdo con la boda devolvió a la pobre Rosita a casa de sus padres, acusándola de infidelidad. Esto fastidio a José Mejia de Navarrete. Luego de la entrega, como un acto de venganza desconocidos incendiaron las oficinas notariales.-“OIGA USTED, parece ahí!” –le dijo- una voz a una sombra que se cubría con un sombrero Panza de Burro, para no ser identificado.-“!ANJA, compadre Agapito, con que es Usted? –le refirió el pobre al rico. –“Si soy yo, pero no hable duro, que me va a descubrir la policía? –“Que sin vergüenza mi compadre? ¿Acaso no le es suficiente, que yo lo haya visto? Los rostros lucían sudados, con los sombreros ajustados, con los colines terciados, cuando los tomaban en sus manos el filo brillaba en la noche de luna llena, que fulguraba muy a pesar de la espesa neblina, como presagiando una tragedia. Ambos traían en las manos dos grandes Jachos prendidos, que flameaban una potente llamarada, que iluminaba el cielo. A lo lejos se veía aun la gran hoguera de las oficinas burladas por los desconocidos.

El caso es que uno de los dos compadres inútilmente trataba de esconderse del otro compadre, mientras que el otro hacía lo propio, cosa harto imposible por la luz que levantaban los incendiados archivos y por los dos jachos que ellos traían en sus manos. El sobre viviente y testigo, que miró todo desde la oscuridad, nunca fue visto por los dos compadres. Este desde su escondite y en sombras veía y oía la conversación sin que ellos jamás supieran que estaban siendo observados por una tercera persona que quedo como testigo mudo de la historia. Los compadres pelearon, se insultaron una y otra vez. –‘Tu eres un estupido, engreído. –Dijo José a su compadre. – “¿Y tu eres un vulgar ladrón, que fraguo la boda para quedarse con mi fortuna?- le recalco, agapito al pobre. –“Recuerda que esta fortuna fue primero de mi familia”, -le enrostró de nuevo José al Esperanceño. Pelearon y discutieron toda la noche, hasta mas no poder, pero los Jachos jamás se apagaron.

Desde esta noche, Esperanza es Esperanza y Navarrete es Navarrete. Este testigo que vio y oyó, lo que nunca nadie sospecho, me contó que en noche de luna llena, en la frontera de los dos territorios, se suele ver en la distancia a dos Jachos peleando solos. Esta es la llamada guerra de los jachos que chocan, se separan y vuelven y se juntan en una guerra interminable, que vuelve a renacer cada luna llena. Yo solo espero que los dos compadres puedan pedirle perdón a Dios, para que descansen en paz por siempre y para siempre. Mi testigo que guardaba celosamente en su memoria esta historia que a nadie había contado me dijo lo siguiente: -“Como hijo de Esperanza y Navarrete, pido que juntos emprendamos el difícil camino del progreso sin envidias, sin odios y sin rencores, hermanados como antes con un solo fin de superación”. Hasta aquí llega mi carta, que humildemente le hago llegar a Usted, mi señor editor. 

Disculpe si fui rudo al aclarar ciertos puntos y confusiones. Hay cosas en la vida que necesitan ser aclaradas, para que no caminen los pueblos por ahí, con un reguero de historias mal contadas y con pocos fundamentos. Disculpe si siente que mi informe esta un poco trunco, aquí hablo de los dos compadres y de la guerra de los jachos, pero no hago referencia alguna a la forma que se uso para adjudicar algunos territorios de LIMBOTROPIA, a la provinciaValverde.


      Si no lo hice es porque mi testigo me refirió que a veces, tiene incontables lagunas mentales en los archivos de su memoria, solo después de mucha insistencia de mi parte el me contó que producto de La Guerra de los Jachos, las comunidades de Paradero, La cayota, y el Siete fueron transferidas a Esperanza como botín de guerra. Es lo único que pude sacarle, solo que no me dijo cuando esto paso. Le prometo continuar insistiendo con mi testigo, de lo contrario solo nos queda esperar que vuelva de nuevo la luna llena para ver si quizás a mi pobre viejo amigo se les aclaran las turbias aguas de las lagunas de su memoria. Así decía finalmente la carta del escritor Raúl Guerra, escrita con su puño y letra y que yo edito íntegramente según la recibí, con el objetivo de aclarar la verdad y evitar malos entendidos, porque una verdad que no se dice, es como un padre que añora tener un hijo que nunca llegara. Digo esto en espera de que los noveles historiadores del libro invisible de LIMBOTROPIA lancen pronto a la luz pública este portento para que de una vez por toda se aclare la verdad de la verdad sobre los incógnitos orígenes de Navarrete.


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