Por Frank de los Santos
Sin dudas algunas Navarrete precisa del surgimiento de un cuerpo institucional que impulse su desarrollo integral.
Un acuerdo consensuado para este anhelado desarrollo que involucre a toda la clase política sería ideal.
Pero los que conformamos esta batalladora comunidad sabemos que entre sus múltiples
Problemas hay que registrar como uno de los más complicados, la construcción de un consenso respetado y respetable.
¿Por qué no ha sido posible el consenso?
Se sabe que Navarrete es tal vez el pueblo más organizado, pero dividido por intereses que sin dejar de ser políticos, son pocos razonables, siendo generados por mentes retorcidas.
Sino es así, como se explica la oposición rabiosa de algunos sectores al nacimiento tierno, débil aún, del Consejo de Desarrollo integrado por ciudadanos y ciudadanas, cuyo compromiso con su pueblo, lo llama a distraerse de sus actividades primarias,
profesionales y ocupacionales para destinar tiempo, talento y gracia para servirle a
Navarrete.
Todo ello por entender quizás como lo dijo la madre santa Teresa de Calcuta: Quién no
Vive para servir no sirve para vivir´¨
Pero si esta frase no es principio de vida para ninguno de ellos, que importa la filosofía que lo anima, el partido político, o el interés económico que lo ha propuesto, si al fin y al cabo su obligación es trabajar y trabajar por Navarrete sin remuneración alguna, pero tampoco fondos públicos o privados o ajenos para manejar.
Siendo así y así es, como pueden ser cuestionados algunos o a todos ellos. Cualquier cuestionamiento en el orden político o moral se hace insostenible , casioso y sospechoso por quien lo haga.
Pero dejémonos de pendejá, los que están gritando o pataleando son políticos ¨´to¨´,
sindicados como sectores populares pero amarrados a lo más rancio de la clase política que tiene en justicia, comprometida su responsabilidad civil, penal y pública con el clima de violencia que vive inmerecidamente la villa de Navarrete.
Se cuestiona la es cogitación de los integrantes del Consejo porque todos o muchos no son legítimos representantes de los sectores que componen la comunidad, y que por demás obedecen a la Dra. Amantina Gómez, honorable y brillante Síndica del Municipio o a su partido .Pero, porque no tomar en cuenta que se trata de un organismo gestor que como tal está llamado con su trabajo a alcanzar la mayor vinculación y representatividad que le sea técnicamente y humanamente posible y, efectivamente hay que ayudarlo a trabajar,
Que ignorar las exclusiones de personalidades y sectores importantes de la comunidad es a azuzar el conflicto social que domina el desempeño vital del Municipio y que solo puede ser zanjado con protestas populares en la calles, es como no también ignorar los escrúpulos de María Gargajos, porque la doctora no excluyó a nadie. Se han excluido ellos y a gusto para justificarse haciendo honor a la oposición insensata, poco productiva y siempre al lado del conflicto permanente, marginándose de las soluciones razonables.
Se empeña en perjudicar la salud del municipio todo el que entiende que ha habido asomo de exclusión y si a si alguien lo entiende esté dentro o fuera del Consejo, en aras de unas buenas relaciones públicas para esta institución naciente debe apartarse de tal crítica
¡A defender a el Consejo por el desarrollo de Navarrete que es defendernos a nosotros mismos.
Un acuerdo consensuado para este anhelado desarrollo que involucre a toda la clase política sería ideal.
Pero los que conformamos esta batalladora comunidad sabemos que entre sus múltiples
Problemas hay que registrar como uno de los más complicados, la construcción de un consenso respetado y respetable.
¿Por qué no ha sido posible el consenso?
Se sabe que Navarrete es tal vez el pueblo más organizado, pero dividido por intereses que sin dejar de ser políticos, son pocos razonables, siendo generados por mentes retorcidas.
Sino es así, como se explica la oposición rabiosa de algunos sectores al nacimiento tierno, débil aún, del Consejo de Desarrollo integrado por ciudadanos y ciudadanas, cuyo compromiso con su pueblo, lo llama a distraerse de sus actividades primarias,
profesionales y ocupacionales para destinar tiempo, talento y gracia para servirle a
Navarrete.
Todo ello por entender quizás como lo dijo la madre santa Teresa de Calcuta: Quién no
Vive para servir no sirve para vivir´¨
Pero si esta frase no es principio de vida para ninguno de ellos, que importa la filosofía que lo anima, el partido político, o el interés económico que lo ha propuesto, si al fin y al cabo su obligación es trabajar y trabajar por Navarrete sin remuneración alguna, pero tampoco fondos públicos o privados o ajenos para manejar.
Siendo así y así es, como pueden ser cuestionados algunos o a todos ellos. Cualquier cuestionamiento en el orden político o moral se hace insostenible , casioso y sospechoso por quien lo haga.
Pero dejémonos de pendejá, los que están gritando o pataleando son políticos ¨´to¨´,
sindicados como sectores populares pero amarrados a lo más rancio de la clase política que tiene en justicia, comprometida su responsabilidad civil, penal y pública con el clima de violencia que vive inmerecidamente la villa de Navarrete.
Se cuestiona la es cogitación de los integrantes del Consejo porque todos o muchos no son legítimos representantes de los sectores que componen la comunidad, y que por demás obedecen a la Dra. Amantina Gómez, honorable y brillante Síndica del Municipio o a su partido .Pero, porque no tomar en cuenta que se trata de un organismo gestor que como tal está llamado con su trabajo a alcanzar la mayor vinculación y representatividad que le sea técnicamente y humanamente posible y, efectivamente hay que ayudarlo a trabajar,
Que ignorar las exclusiones de personalidades y sectores importantes de la comunidad es a azuzar el conflicto social que domina el desempeño vital del Municipio y que solo puede ser zanjado con protestas populares en la calles, es como no también ignorar los escrúpulos de María Gargajos, porque la doctora no excluyó a nadie. Se han excluido ellos y a gusto para justificarse haciendo honor a la oposición insensata, poco productiva y siempre al lado del conflicto permanente, marginándose de las soluciones razonables.
Se empeña en perjudicar la salud del municipio todo el que entiende que ha habido asomo de exclusión y si a si alguien lo entiende esté dentro o fuera del Consejo, en aras de unas buenas relaciones públicas para esta institución naciente debe apartarse de tal crítica
¡A defender a el Consejo por el desarrollo de Navarrete que es defendernos a nosotros mismos.