No funciona Espectáculos Públicos en Navarrete
Los colmadones han sustituido a los tradicionales colmados, pulperías o bodegas. Su forma y nombre, ganados por esas unidades barriales de servicio social (las pulperías) durante muchos años y que tantas premuras económicas pudieron resolver, desde el más pobre del barrio hasta el más encumbrado, se están borrando de golpe del escenario navarretense.
Los colmados han sido tradicionalmente una extensión de la familia en los barrios. La gente se ha identificado siempre con ellos, siendo garante único de la vecindad que obtenía comida en condición de ‘‘fiao’’. En momentos de ‘‘apriete’’ prestaban dinero, y en todas las emergencias del lugar se contaba con la ayuda del dueño o del dependiente de estos negocios, quienes se esforzaban en corresponder a las necesidades del sector. Añoranza Pero hoy, para desgracia de quienes vivieron las bondades de los colmados o pulperías, las añoranzas quedan perturbadas desde que empezó la instalación de otro tipo de negocios que han alterado por completo la vida social del barrio: el llamado ‘‘colmadón’’, y su homólogo, de más reciente creación, el ‘‘car wash’’, importado del idioma inglés. Estos nombres, no obstante, disfrazan negocios que se dedican al expendio de bebidas alcohólicas y cuantos negocios sean necesarios, menos para aquellos que fueron concebidos en principio: colmados o pulperías, para servir sanamente al sector. Varias generaciones de Navarrete recuerdan con nostalgia aquellos colmados que fueron, como dice, ‘‘verdaderos colmados’’.
En los nuevos locales se han borrado las normas sociales. Ahora se presentan espectáculos que riñen con la moral y las buenas costumbres: mujeres y hombres de mala reputación, procedentes de otros lugares, se besan, orinan, bailan de manera vulgar; las hembras se sientan sobre las piernas de los hombres, con talantes pornográficos, ante la vista del vecindario, sin importarles la presencia de menores y ancianos, que jamás soñaron ver espectáculos de esta naturaleza en su propio barrio.
El jefe policial dijo tener quejas de casi todos los sectores de la población, y puso como ejemplo la calle Eugenio Lithgow, donde juntas de vecinos le han pedido que le ponga control acolmadones que compiten uno con otro, mediante la colocación de música a volúmenes altos.
Dice apenado Rafael García, en esta sociedad, esta este caso de la casa de la cultura que en el frente le queda un colmadon de mala muerte donde ahí se ve de todo, Este medio le pedimos a las autoridades que llamen a este tipo a la atención, para que Navarrete siga marchando bien con nuestra cultura.
